Al final
se rompieron las cadenas,
las verdaderas ataduras,
las que nunca vemos
y jamas sentimos,
las que en cada recodo de la vida
no impiden avanzar.
Ligaduras paradojales,
fraguadas en las discordias
y las malquerencias humanas,
con la impronta
de que ya es muy tarde
para volver a empezar.
Pero al final
se rompieron las ataduras
y golpe tras golpe.
bajo un sol canicular,
se le fue dando forma
a un viejo anhelo
que en día de zozobra
nos hizo reflexionar.
Y salimos del letargo,
de la molicie abyecta,
y aunando esfuerzos
aquel viejo anhelo
se hizo realidad.
Y se conjugaron los alientos,
el sudor enm la fragua.
Manos ungidas
con el fervor y la esperanza,
al unisono se elevaron
dejando en los cimientos
una estela de luminosidad.
Asi los pueblos se levantan:
Con las alas de la ilusión compartida.
Venciendo a la adversidad,
destruyendo las barreras
a las que se ven sometidos
cuando adoptan posturas rastreras.
Al final
se rompieron las cadenas
y lo que era una ilusión
se hizo realidad.
Raul Pisco Guillen
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