Ernesto Noboa y Caamaño, ha proyectado en mi muchas enseñanzas que han servido como guia para seguir en el camino del arte, es por eso que hoy les comparto uno de sus famosos poemas modernistas, de las cuales cuenta con mucha expresividad y mejor atencion hacia el mensaje.
Mi corazón es como un cementerio
que pueblan las cruces de lo que he perdido…
¡lo que no ha sepultado el Misterio,
va teniendo que hacerlo el Olvido!
que pueblan las cruces de lo que he perdido…
¡lo que no ha sepultado el Misterio,
va teniendo que hacerlo el Olvido!
Fraternal cariño que hoy se pudre inerte,
ternuras lejanas, pasión extinguida;
a los unos, los segó la Muerte,
a los otros…los mató la Vida.
ternuras lejanas, pasión extinguida;
a los unos, los segó la Muerte,
a los otros…los mató la Vida.
La vida que ofrece tenaz y alevosa
la miel en el fresco labio sonriente,
la muerte que llega, dulce y cautelosa
con su paso humilde de reina haraposa
a darnos su beso de paz en la frente!
la miel en el fresco labio sonriente,
la muerte que llega, dulce y cautelosa
con su paso humilde de reina haraposa
a darnos su beso de paz en la frente!
¡Ya todos sois idos, todos estáis yertos,
rostros bondadosos, labios compasivos;
llevadme vosotros, corazones muertos,
que me despedazan corazones vivos!
rostros bondadosos, labios compasivos;
llevadme vosotros, corazones muertos,
que me despedazan corazones vivos!
Mi alma está poblada, como un cementerio,
con las negras cruces de lo que he perdido;
¡lo que no ha sepultado el Misterio,
va enterrando, piadoso, el Olvido!
con las negras cruces de lo que he perdido;
¡lo que no ha sepultado el Misterio,
va enterrando, piadoso, el Olvido!

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